lunes, 21 de septiembre de 2015

Cruzando la cordillera de los Andes . ¡Una aventura extraordinaria!.





Todo comenzó el día 10 de septiembre del 2015. Nos encontrábamos mi esposo y yo en Mendoza, Argentina. El lugar que nos habían recomendado para cruzar la cordillera, así que nos quedamos una noche en este pueblo.
Nos dirigimos a la estación de autobuses para comprar los boletos ( recomendación si eres extranjero, paga en efectivo con pesos argentinos, ya que si pagas con tarjeta te toman el cambio oficial o si compras por internet con tarjeta es el mismo caso) y nos comenta la persona del mostrador con muy mala cara, que iba  a ver si podía vender boletos, porque el paso había estado cerrado dos días y no sabía hasta cuando se iba  habilitar, así que esperamos unos minutos mientras entraba al sistema y nos comento que solo le quedaban dos últimos lugares en un bus que era para el día 11 de septiembre 2015 a las 13:00 hrs. Así que los compramos, al día siguiente nos dirigimos a la terminal y abordamos el bus, que por cierto iba lleno, para nuestra suerte nos habían tocado los lugares de la parte de arriba de la primera fila, así que teníamos asiento VIP. El bus partió a eso de las 13:20 hrs mientras se organizaban las personas con las maletas y emprendimos camino hacía la aventura.

Pasamos por un río que se llama Potrerillos, que es un lugar muy recomendable para pasar un fin de semana ya que están rodeado de montañas. Avanzando veíamos las montañas con nieve, y esperábamos el momento de llegar a ese lado, para tomar fotos increíbles.


Todo a nuestro paso era nieve, montañas llenas de nieve, que presentaban un escenario inigualable, algo realmente increíble. Veíamos las casa y hostales llenos de nieve, parecían las casas de la villa navideña.  No dejábamos de asombrarnos y queríamos tomar foto de todo, y no éramos los únicos, en todo el camino se escuchaba el clic de la cámara y alguno que otro flash deslumbraba.

Sin embargo, como la frontera había estado cerrada dos días la fila de autos, autobuses y camiones de carga era inmensamente larga, los buses tienen fila preferencial por así decirlo y puedes pasar por el carril que es exclusivo para buses y autos, en alguna intersección antes de llegar a la frontera a los autobuses los desvían ya que entran por grupo a la aduana.  Para que ocurriera esto, pasaron 4 horas, nosotros al inicio felices, tomando fotografías del paisaje, disfrutando del frío, todavía fuimos a la casa de cambio y nos regresamos al bus a esperar, después de una hora, me venció el sueño, me desperté y seguíamos en el mismo lugar, solo había avanzado  muy poco. Alrededor de las 20:00 hrs nos indicó el chofer que bajáramos  solo con el documento de identidad y nos formáramos una fila fuera del bus, todos obedecimos, para nuestra suerte el frío esta más intenso y todos estábamos temblando, esperamos unos 15 minutos, mientras nos asignaban ventanilla, fuimos ingresando a una oficina donde había unas 6 ventanillas y todas con personas esperando a ser atendidos. Pasamos por la ventalla UNO y nos colocaron un sello de salida de Argentina, y teníamos que formarnos en la ventanilla DOS, para que colocaran el sello de entrada a la República de Chile, y así cada uno de los pasajeros hicimos lo mismo, regresamos al autobús tal como nos indicaron y esperamos alrededor de una hora, nos indicaron que bajáramos nuestras maletas y mochilas, y las que iban en la parte de la bodega el chofer las puso en una plancha y las llevo al cuarto de rayos X, a nosotros nos formaron alrededor con nuestras cosas, ya que el control de Chile no permite pasar con carne, plantas, frutas , semillas, droga, etc. Esperamos unos 30 minutos mientras pasaban todas las maletas y empezaron a llamar a las personas para ir pasando a la máquina de rayos x y dejar uno a uno nuestras mochilas, bolsas y carteras.  Nos recogieron un documento de declaración aduanal que llenamos previamente al subir al bus desde Mendoza y regresamos a nuestros asientos.
Ahora si todos felices, porque por fin ya íbamos a Santiago, el bus hizo una parada en los Andes, estuvo unos 10 minutos mientras subían y bajaban las personas y retomo camino, no se veía absolutamente nada, todo estaba cubierto de nieve, no había alumbrado y el temor de caer al precipicio era más aterrador. Afortuna mente llegamos sin problema, ingresando a la capital de Santiago, nos encontramos con una advertencia de disturbios, ya que había una barricada por los festejos, así que tuvo que desviarse el bus y llegamos a la terminal alrededor de las 23:00 hrs, para nuestra suerte ya no había metro y el transporte público era muy escaso, tuvimos que tomar un taxi, lo cual fue sorprendente porque dentro de la estación hay que hacer fila para esperar un taxi, pasaron unos 10 minutos y nos desesperamos, así que mi esposo me dijo vamos caminando hacia la avenida principal, vimos venir un taxi que decía LIBRE y lo abordamos, le indicamos el camino y todo resulto bien.

 

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